¿Por qué cada vez más personas tienen diabetes en América Latina? Causas detrás del aumento en el Día Mundial de la Diabetes
Publicado: 17 / 11 /2025
La diabetes ya no es solo un problema de uno. Este enemigo se ha convertido en una crisis sanitaria, y golpea fuerte en Latinoamérica.
Atentos a las cifras de la Organización Panamericana de la Salud: 112 millones viven con diabetes en el continente. Y en América Latina, casi 50 millones. Lo más alarmante: desde 1990, se triplicó el número.
La diabetes se nutre de obesidad, sedentarismo, mala alimentación y falta de chequeos. En los jóvenes de nuestra región, el 16% de los niños y el 19% de los adolescentes tienen obesidad. Más del 80% no hace actividad física suficiente.
Y en Argentina el panorama es negro: el 40% de los chicos padece obesidad, lo que anuncia problemas a futuro.
Según The Lancet, los casos de diabetes en América Latina crecerán un 180% para 2050, pasando de 48 a 121 millones. Un aumento que podría colapsar los sistemas de salud si no se actúa ya.
La urbanización y los cambios de hábito no son las únicas causas. Hay problemas en el acceso a la salud, diagnóstico tardío y mitos que complican la situación.
La doctora Liliana Silva Gómez, de Sanofi, señala: “Latinoamérica enfrenta una doble urgencia: prevenir casos nuevos y asegurar el tratamiento adecuado”.
Insistió: “Creemos que la prevención y una reacción a tiempo son claves, especialmente en lugares donde la prevalencia supera el 10%”.
A su vez, la endocrinóloga María Gabriela Rovira destaca que “con control adecuado, es posible prevenir o retrasar las consecuencias”. El control incluye una dieta sana, ejercicio, tratamiento y monitoreo constantes.
Rovira resalta que una de cada diez personas en Argentina vive con diabetes. Pero un preocupante 29% no tiene diagnóstico, y muchas lo descubren cuando ya hay daño vascular.
Los especialistas destacan la importancia de seguir el tratamiento para evitar infartos y otras complicaciones. Sin embargo, menos de la mitad de los pacientes en la región logra un buen control glucémico.
Aquí entran las nuevas guías de la Federación Internacional de Diabetes (IDF). Apuntan a un tratamiento temprano e integral, buscando prevenir complicaciones graves.
Estas pautas proponen abordar la enfermedad desde el inicio, con cambios en el estilo de vida y control metabólico intensivo. El objetivo: evitar que las complicaciones se tornen irreversibles.
Las guías también resaltan el valor de las terapias metabólicas innovadoras, como los agonistas del receptor GLP-1, que mejoran no solo el azúcar en sangre, sino también la salud cardiovascular y renal.
El avance científico ofrece esperanza, pero hay desafíos. En naciones con menos recursos, el acceso a estas innovaciones es limitado.
Es crucial la colaboración entre el sector público y privado, además de continuar con la formación médica.
Como dice Rovira, “controlar los niveles de glucemia y los factores de riesgo es clave, y sostenerlo en el tiempo previene complicaciones”.
Iliana Orozco, de la OMS, advierte sobre el estigma y las presiones que sufren los diabéticos. El estrés es una carga adicional.
Orozco enfatiza la necesidad de tratar la diabetes de manera integral. La educación debe ser sin restricciones, considerando el crecimiento de los niños.
La actividad física debe ser una fuente de energía y autoestima, mientras que el sueño es crucial para el descanso del cerebro. El manejo del estrés también es vital para las personas con diabetes.
Es fundamental que los pacientes tengan educación continua sobre su enfermedad. El acompañamiento es clave.
Ana Lía García, directora de la Fundación IMSS en México, afirma que los medios pueden ser aliados en la creación de cultura preventiva.
Las políticas públicas y programas educativos a nivel regional son esenciales para frenar esta epidemia silenciosa.
Aunque la diabetes tipo 1 no es prevenible, su manejo adecuado es posible. La tipo 2 —la más común— puede evitarse con hábitos saludables.
Los cambios deben ir más allá de lo individual. Se necesitan políticas de salud pública, educación continua y acceso equitativo a tratamientos.
La investigación ofrece esperanza con nuevas herramientas, pero sin diagnóstico temprano y educación, ningún avance será suficiente.
La doctora Silva Gómez lo deja claro: “La información basada en evidencia y la educación continua son fundamentales”. El reto es convertir el conocimiento en acción.
En la lucha contra la diabetes, la prevención es la mejor herramienta. Y millones de vidas dependen de la respuesta de los sistemas de salud latinoamericanos. ¿Podremos frenarla a tiempo?
